Rugbier mal educado



Estaba en el bar preparando tragos, vestida a la moda. Ja ja. Con calza blanca, va no tan blanca, dígamos que su color era un gris muy livianito. Unos lindos zapatitos con taco alto, color cáscara de huevo y una remerita. Hacía mucho frío, bastante frío. Pero dentro del bar mucho, pero mucho calor.

Un rugbier, muy molesto, se me acerca y me dice “Quiero lícor de huevo”. Y yo educadamente le dije “Disculpe pero de eso acá no tenemos. ¿Desearía alguna otra cosa como por ejemple, una cerveza?”
El rugbier, con un tono ironico, me dice “Como que en un bar no hay lícor de huevos. ¿Como puede ser posible?”. Y yo le dije “Disculpe, pero no tenemos huevos”. Y el rugbier se río diciendome “Pues aquí los tiene” y se señalo su bulto.
Yo lo tomé. Con mís filosas uñas le agarré el huevo derecho y con mí otra mano el izquierdo. No sabén que alarido el rugbier pego. Yo lo lleva de un lado al otro, agarrándole bien sus huevitos.

Hoy a la mañana me desperté y tenía un dolor en la uña. Cuando la ví estaba partida.